Embarazo COVID-19

El embarazo es uno de los mejores momentos que una madre puede vivir; pero dentro de muy poco se hará un año de que comenzó la pandemia del gran nombrado COVID-19. Y muchas embarazadas han tenido, tienen y tendrán preguntas sobre si ellas contraen el virus, sus retoños también lo contraerán.

En este post, resolveremos esas cuestiones con datos proporcionados por el SENEO, la Sociedad Española de Neonatología. La cual es uno de los registros más completos a nivel mundial.

Según el presidente del SENEO en una entrevista, explica que “Los últimos datos del registro COVID-19 del SENEO nos indican que durante la pandemia han nacido libres de coronavirus alrededor de 2.200 bebés de madres infectadas por el virus.”

Y de esta manera, aquellos bebés que se infectaron tras el parto, apenas han sufrido síntomas o directamente no han dado la cara; y los que sí los han padecido lo han hecho de forma muy leve, explicaba el doctor Manuel Sánchez Luna.

Se ha pasado desde un protocolo inicial, al principio de la pandemia, el cual indicaba que si la madre estaba afectada por el SERS-CoV2 en el momento del parto, se debía proceder a la separación inmediata de su bebé, además de retirar la lactancia materna. Sin embargo, hoy en día, menos de un año después, se ha descubierto que el niño como tal no puede o es muy probable que contraiga el virus, sino que lo puede recibir después del parto.

En cuanto a las nuevas cepas de coronavirus y la vacuna en embarazadas es el nuevo foco de estudio para los investigadores. Ya que deben de estar atentos a la evolución de la pandemia, junto con los datos que se recojan de la vacuna contra el COVID-19 que ya ha comenzado a estudiar en embarazadas, para así sacar las mejores conclusiones posibles.

Otros de los temas que el SENEO insiste es que cuando la madre es positiva, la lactancia a demás de ser segura, es beneficiosa, por lo que no se debe recomendar la suspensión. Además, aclaran que durante el parte con una madre positiva se deben de extremar las medidas de prevención e higiene, favorecer el contacto piel con piel desde le mismo momento del nacimiento, realizar el clampaje tardío del cordón umbilical y favorecer la estancia conjunta de la madre y el bebé en habitaciones de aislamiento.

Por último, el Doctor Manuel Sánchez Luna concluye con “Las ventajas para la salud del bebé de este vínculo físico y afectivo, o de la riqueza de la lactancia materna, son muy superiores a los riesgos y consecuencias de la infección del virus, que han sido realmente pocas según los casos estudiados y analizados”.

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